Una estrella en un cielo nocturno

Siempre después de la tormenta, llega la calma.

La vida es como una montaña rusa. Puedes estar en la cima como en unos pocos segundo encontrarte en el nivel más bajo. Con la cima me refiero a la felicidad, estar alegre, contento, seguro, con ganas de vivir. Pero siempre va a aparecer algo que te va a hacer que avances hacia abajo, es pura inercia de la atracción de feria. Es algo inevitable que escapa de tus capacidades. ¿O acaso no somos dueños de nuestra vida? Nosotros dependemos íntegramente del ambiente, a veces podemos cambiarlo a nuestro parecer, pero en otras ocasiones nos encontramos en un mar bravo sin encontrar una salida o solución. Está en nuestra mano, en este último caso, el de poder adaptarnos a esas situaciones, aunque no sepamos lo que nos depara el futuro, lo importante es ser valiente, confiar en uno mismo, y si por un casual nos caemos, en lugar de culparnos o entristecernos, que nos sirva de lección para no volvernos a caer por la misma razón. Aprender es vivir, pienso luego existo. Una hija